martes, 21 de mayo de 2013

Cornetas por David...y por la Semana Santa





En algunas ocasiones el ser humano sigue dando muestras de una generosidad desbordante; en algunas ocasiones, somos tan humanos como deberíamos ser siempre. Que este arrebato de generosidad haya brotado como un nuevo fruto en ese árbol que florece cada primavera y que impregna con sus cálidos aromas a incienso y cera las calles y plazas de mi querida ciudad, representa un soplo de aire fresco para cualquier papón que se enorgullezca de serlo. La iniciativa solidaria de “Cornetas por David” ha nacido del latido inmemorial de un corazón que bombea raseos y se deslizan por las venas almibaradas de los recuerdos del papón que sigue soñando semanas de pasión cada noche. Y ha tenido que ser ese lenguaje universal que es la música la que, una vez más, dé un paso al frente para aunar esfuerzos y agitar conciencias en torno a un niño, a un papón… a uno de los nuestros.



Por primera vez, todas las bandas y agrupaciones de esta ciudad, con el apoyo también de otra de la cercana ciudad de Oviedo, ofrecerán un concierto el próximo sábado 1 de junio a beneficio de David. Será una tarde inolvidable para todos, sin ninguna duda, pero ya está siendo ahora mucho más que eso. Y no me refiero al impagable esfuerzo de los organizadores, ni a la generosa y abrumadora respuesta de todos aquéllos a los que se pidió colaboración y se subieron al barco sin preguntar siquiera el destino… me refiero a la agradable sensación de que algo está cambiando. Parece que el inmovilismo cofrade se desvanece y surgen espontáneas muestras de que, efectivamente, la Semana Santa empieza a extenderse a lo largo de ese desierto de fe que últimamente iba de Pascuas a Ramos. Agrupaciones y bandas que se unen por una buena causa, braceros que se asocian en torno a su paso a través de algunas redes sociales, blogs y webs cofrades, las cofradías despertando a ese noble ejercicio cristiano de las obras sociales, un programa de radio semanal para difundir una cultura pasional que emerge de las oscuras catacumbas del ostracismo… la Semana Santa pide a gritos vida y esperanza. No se trata de reinventar nada, como escuché en cierta tertulia, sino de alimentar esa luz que lleva alumbrándonos más de 400 años. No necesitamos más Órganos Reguladores, ni Patronatos, ni cosas raras que, únicamente, servirán para alimentar el ego de unos pocos… necesitamos papones, necesitamos cofrades implicados.

Es un buen momento para asumir qué somos y empezar a entender de una vez por todas  que formamos parte de la historia, y es nuestra, de todos los papones y paponas de esta ciudad, la responsabilidad de cuidar ese legado ancestral que, últimamente, se va diluyendo peligrosamente a causa de esa lluvia inmisericorde que estos últimos años ha castigado nuestros cortejos procesionales. Dejar y exigir que sean otros los que tiren del carro no es el mejor modo de avanzar. No solo es labor de las Juntas de Gobierno o de la propia Junta Mayor de la Semana Santa velar por los intereses de todos, exigiéndoles en muchas ocasiones una implicación que, muchos de los que la exigen, no cumplen para con sus cofradías. Seguramente, trabajar unidos nos reportaría a todos mucho más.

Ojalá ese espíritu fraternal y solidario que ha prendido en los corazones, gracias a David, se mantenga en el tiempo y podamos hablar, no tardando, de una ciudad que haga honor a su tradición y a su historia cofrade los 365 días del año.
Gracias, David... Gracias músicos.